La idea de la cinta sucedió cuando el director de la misma, Gilles de Maistre, filmaba un documental sobre la relación de animales salvajes con los niños, alrededor del mundo. En una parada, descubrió a un niño, cuyos padres, con el pretexto de mantenerlos a salvo, en realidad los vendían al mejor postor.
Para su preparación del rodaje, el director Gilles de Maistre se asesoro con Kevin Richardson, un famoso zoólogo sudafricano que ha convivido, a lo largo de 20 años, con leones en la Jungla.
Luego del rodaje, el director empezó a planear la idea de una probable secuela, pero considero complicado escribir una historia digna para continuar.
Durante la filmación, se utilizaron tres diferentes leones, de diferentes edades y tamaños. Estos se llamaban Thor, Charlie y Snow.