Desde que era niño, Joshua Wong aprendió el valor que hay en ayudar a personas menos afortunadas. Su padre, un hombre de fe protestante, estaba interesado en predicar el evangelio a la gente más pobre de las áreas rurales de Hong Kong y Joshua solía acompañarlo en esos viajes. Por lo que, para quienes conocían al chico, no fue sorpresa que, a los 15 años, Joshua encabezaba un movimiento de activismo, oponiéndose a una asignatura que el gobierno chino trataba de incluir, a la fuerza, en el sistema educativo, con la que deseaban adoctrinar a los jóvenes estudiantes a admirar el comunismo y nacionalismo. Un joven muy agradable, Wong también es una persona tenaz y adaptable, capaz de reunir a una multitud de adolescentes para combatir al poderoso gobierno chino cuando, el mismo, dio marcha atrás a su promesa de la autonomía de Hong Kong. En el documental Joshua: Adolescente vs. Superpotencia, el cineasta Joe Piscatella (Food Interrupted) sigue la lucha de este intrépido adolescente, en una batalla que luce como una versión de David contra Goliat.