El insulto

El insulto se sitúa en un barrio residencial de Beirut, donde se suscitará un leve altercado que temrinará en la corte, con exposición mediática internacional. Tony, un mecánico de treinta años se encuentra en el balcón de su casa, regando sus plantas, cuando accidentalmente el agua salpica a un grupo de constructores que se encontraba abajo. El capataz Yasser se da cuenta que hay una tubería mal colocada en el balcón de Tony, por lo que se ofrece a arreglarla. No obstante sus buenas intenciones, el propietario le cierra la puerta en las narices, aunque ésto no detiene a Yasser, quien arregla la tubería de todos modos. El enojo de Tony es tan grande que no puede evitar gritarle al capataz que es un "maldito pendejo". Dicho insulto, además de detonar muchos más, desata toda la trama del filme. En busca de una disculpa, que Yasser no está dispuesto a ofrecer, Tony decide llevar el asunto hasta las cortes. Una vez ahí, los resentimientos históricos y demográficos terminarán aflorando, lo cual hará que el juicio se convierta en un ajuste de cuentas por parte de dos razas y religiones opuestas.