En la película, el personaje interpretado por Santiago Alverú se cuela en mítines auténticos del PP y de Podemos. Bosco hablará con la mismísima Esperanza Aguirre y también se hará un selfie con Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y toda la cúpula de Podemos al fondo. Estos mítines reales tuvieron lugar durante las pasadas elecciones del 26-J. El equipo se puso en contacto con ambas organizaciones políticas, a las que mandaron el guión. Ni unos ni otros les pusieron inconvenientes y les abrieron las puertas.
En palabras del propio director, Víctor García León, la película que juega con el género del falso documental es una "alegoría subnormal de España". En resumen, explica García León, es: "un idiota de izquierdas y otro de derechas se pelean por una ciega que no sabe lo que quiere ni a dónde va." Y es que, esta ciega bien podría ser el reflejo de España.
Esta es la primera película de Santiago Alverú. Aunque nunca ha trabajado como actor, tiene experiencia en el cine ya que Alverú es el creador y director de los premios Yago, galardones 'underground' que reconocen el talento no premiado por los premios Goya. "Mariano Ozores, después de que nosotros le diésemos el Yago histórico, recibió el Goya de Honor. Ángela Molina, después de su Yago histórico, recibió el Premio Nacional de Cinematografía por su trayectoria. Yo no digo que los académicos estén pendientes de todo lo que hacemos, pero sí creo que hay un boca-oreja, un runrún, porque el jurado es muy influyente y la gente se da cuenta de que tiene sentido", ha comentado Alverú sobre estos premios.
La cinta obtuvo la Mención Especial del Jurado, además del premio de la crítica, en el festival de Cine de Málaga.
El cineasta Víctor García León es hijo de la cantante Rosa León y del director y guionista José Luis García Sánchez.
El director deseaba retratar un momento difícil en la historia de España, uno marcado por la tremenda corrupción, la realidad de los inmigrantes y la injusticia social.
El crecimiento de la cinta fue muy veloz. Según el director, todo empezó como un proyecto pequeño y artístico. Luego entró la productora Apache Films. Posteriormente apareció la compañía Vértigo, encargada de la distribución, para finalmente tener el anuncio en un autobús.
Para el director, el acercamiento a la política debía ser repartido en todos los puntos: “Yo prefiero tomarme la política con humor. Y nada mejor que a través de una historia en la que un idiota de izquierdas y otro de derechas se enamoran de una misma chica. Una especie de alegoría de lo que es España... y con mucha mala leche”
El título de la cinta, inicialmente, iba a ser Retrato, pero el director opto por Selfie, dado que sonaba más acorde a la cultura actual, un auténtico reino de frivolidad.