En Ignacio de Loyola, cinta de drama y acción, dirigida por Paolo Dy y Cathy Azanza, Iñigo, un joven soldado impetuoso y mujeriego, se ve abruptamente forzado a abandonar su carrera militar tras resultar herido en batalla. Lo que inicialmente parece una desgracia, se transforma en un ardiente deseo de santidad cuando se encuentra postrado en cama y comienza a explorar nuevas lecturas. Su batalla no es solo contra las heridas físicas, sino también contra la incredulidad y el rechazo de aquellos más cercanos a él y la necesidad de transformarse y superar sus propias debilidades se convierte en su misión. En su confinamiento, Iñigo se sumerge en textos sagrados y reflexiona sobre su vida anterior. La búsqueda de la santidad se convierte en su razón de ser, pero no es una senda fácil, dado que debe enfrentar a la sociedad escéptica y a sus propios demonios internos. La lucha contra sí mismo se manifiesta en las tentaciones, las dudas y los conflictos morales y Loyola debe enfrentar sus pasados pecados, sus impulsos mundanos y sus deseos terrenales.