Crítica de SensaCine.com.mx para La red avispa: Para ver en acción al elenco y recordar algo de historia. No mucho más.

La mayoría del público entrará a La red avispa en Netflix (antes conocida como Los últimos días del crímen) debido al gran atractivo de su atractivo elenco. Algunos de los actores mejor cotizados de Iberoamérica están en esta película: Edgar Ramírez (Venezuela), Penélope Cruz (España), Gael García (México),  Wagner Moura (Brasil), Ana de Armas y Leonardo Sbaraglia (Argentina) que aquí se convierten en cubanos para ser parte de este thriller de espionaje adaptado y dirigido por el galardonado Olivier Assayas. 

Vista la carnada, es fácil morder el anzuelo. La intención de ver La red avispa aumenta al saber que recrea el caso de los cinco emigrados de Cuba que una vez establecidos en la Florida, desarrollan una red de operaciones de contraespionaje para su país. Son inicios de los años 90, el régimen socialista en Rusia ha caído. El exodo y el descontento social en la isla caribeña va en aumento. Hay algunos que sueñan con hacer la transición a la democracia, hay muchos otros que tratarán de impedirlo. 

En ese contexto conocemos a René González (Edgar Ramírez), piloto que escapa de Cuba para establecerse en Estados Unidos. Poco a poco vamos conociendo a los demás elementos de este bando, pero también el drama de los familiares que se quedan abandonados a tan solo 600 kms al sur del Caribe. Las muchas capas, entre la doble vida, el acecho del FBI, las rupturas familiares y los atentados, le daban la oportunidad al realizador francés de hacer una película compleja y emocionante. Lamentablemente, se queda en el intento por sufrir de aquel mal de voltear a ver los complejos problemas de la Latinoamérica sin pertenecer a ella. ¿Qué pasaría si este tipo de historias y presupuestos cayeran en manos de directores locales? ¿Más realismo y menos acartonamiento?

Las resoluciones son facilonas, blancos o negros, un narrador aparece cuando se acaban los recursos o el tiempo a cuadro. También se nota una presión por hacer lucir a sus actores –la relación entre los personajes de Anna de Armas y Wagner Moura es tan telenovelesca como aquella que les vimos en Sergio–. La fórmula podría servir. Sucedió en los diez capítulos por temporada de Narcos, pero aquí, se nota que los corretean para adecuarse a los hechos, presentar personajes e intentar resolver –apoyado por pietaje real que poco aporta más allá de ser un curioso documento histórico–. La prueba de lo anterior está en ese final tan intempestivo, que poco concluye y que se apoya demasiado en los postcréditos.  

Es extraño el fallo de Assayas, pues en Carlos (2010), el otro trabajo junto con Edgar Ramírez donde retrató las andanzas del famoso terrorista, fue mucho más redondo, pero, se llevó cinco horas para hacerlo. El director es experto en retratar relaciones complejas y nadie las humaniza como él, pero aquí hay poco de lo estupendo que le hemos visto en Sils Maria y Fantasmas del pasado. 

La red avispa es interesante para ver al poderoso elenco interrelacionarse y para conocer la historia de ese periodo específico de nuestra región. No mucho más.