Crítica de SensaCine.com.mx para Familia de medianoche: Uno de los mejores documentales mexicanos

Familia de medianoche sigue la vida de los Ochoa y cómo tres de sus integrantes: Fer, Josué y Juan salen noche tras noche a trabajar en una ambulancia privada para atender pacientes de urgencia en diversas zonas de la Ciudad de México. La competencia con otros vehículos que prestan el mismo servicio les complica el oficio, pero no por eso dejan de hacer su trabajo con rapidez y eficacia, aunque con muchas limitaciones gracias al sistema de salud y una terrible escasez de vehículos de emergencia públicos.

Por otro lado, la situación económica de la familia Ochoa no les permite darse el lujo de descansar, pero su sentido de la empatía y humanidad los hace salir todos los días con una sonrisa y a su vez no dejar a la deriva a nadie que necesite de su ayuda. Esto es lo que ha hecho que el filme sea tan exitoso, tiene un corazón tremendo y no por nada ha sumado una cantidad considerable de reconocimientos alrededor del mundo. Ahora, finalmente tiene una distribución adecuada en las pantallas comerciales nacionales, por lo cual se vuelve un largometraje indispensable y urgente de ver.

Luke Lorentzen (New York Cuts) nos presenta uno de los documentales mexicanos más entrañables, divertidos y compasivos del que se tenga memoria. Aunado a esto, es un testigo visual que no dejará de ser oportuno presentar como un retrato actual de la precariedad de los sistemas de salud con los que se vive en la Ciudad de México, así como las trabas y limitaciones con las que desafortunadamente se enfrentan los habitantes desde hace décadas.

Presentada en el Festival de Cine Sundance en 2019 y ganando del Premio del jurado de cinematografía, Familia de medianoche ha tenido un viaje favorecedor en diversos escenarios culturales, incluido el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, DOQUMENTA 2019 y un par de proyecciones en el Festival Internacional de Cine de Morelia, por mencionar algunos. La película fue enviada para ser considerado en los Oscar y estuvo cerca de obtener una nominación como Mejor documental, pero se quedó en el camino.

Lorentzen grabó durante ochenta noches la dinámica de los Ochoa para poder armar lo que ustedes verán en pantalla, logrando con creces que uno no despegue los ojos mientras los Ochoa se enfrentan a varios casos, que más que alarmantes, demuestran lo aterrador que es la responsabilidad que tienen no solo ellos, sino todos a los que administran una ambulancia privada en un país, donde al parecer no les importan los riesgos que corren estas personas, en pro tanto de llevar sustento a sus familias y salvar el mayor numero de vidas posible.Todo un diléma y un problema constante. 

La ambulancia de la familia Ochoa cobra alrededor de 3 mil 800 pesos por su servicio de transporte y respuesta. Esto sin tomar en cuenta la cantidad innumerable de gente que no quiere o no puede pagar después de haber obtenido el servicio, lo cual es algo a lo que se enfrentan muchas noches. Hay que restarle que de vez en cuando un grupo de policías corruptos les quitan dinero para poder deambular en la madrugada y con una velocidad alta en ciertas partes de la ciudad, a pesar de que la familia tienes sus papeles en regla. Estos son tan solo algunos de los muchos escenarios que se le presenta a la familia Ochoa para poder realizar su trabajo. Importante también es que este universo que presenta Lorentzen se entienda como un panorama general, que desafortunadamente no solo aplica en nuestro pais, sino en muchos núcleos donde el Gobierno parece no querer mirar estos escenarios.