La paradisiaca aventura de un Don Juan y su sobrino
por Octavio Alfaro“Divide y vencerás”, es una de las ideologías preferidas por Juan Campos (Arath de la Torre) para lograr seducir a una mujer. Junto con su cómplice y amigo de toda la vida, Luis Pani (Liche Ariza), se dedica a buscar y enredar nuevas conquistas para pasar un rato placentero. Sin embargo, cuando Luis enferma, el tradicional viaje a República Dominicana que hacen cada año parece perdido.
Por cuestiones del destino, Juan tiene que estar más cerca de su sobrino Mau (Jesús Zavala), un nerd en depresión por el reciente rompimiento con su novia, a quien decide llevar a su ansiado paseo por el país del Caribe. Ahí comienza a entrenarlo en el arte de la seducción,'
Teniendo como marco lugares paradisiacos capaces de sorprender a cualquiera por su belleza, se desarrolla una historia bastante predecible, en la que maestro y aprendiz se enfrascan en aventuras con actitud de 'todo lo puedo' y tratando de llevar a la cama a cuantas mujeres puedan.
Con el cometido de enseñarle a la audiencia cómo seducir en cuestión de minutos, Juan y compañía parecen improvisados de las situaciones. No llega el momento en que les creamos su poder de convencimiento pese a los muchos intentos de demostrarlo; en varias ocasiones lo que predomina es la sensación de tener todo predispuesto y parecer poco natural ante los acontecimientos.
Con toques de humor que a veces rayan en lo ridículo, la cinta trata de parecer fresca y aclimatarse con los lugares cálidos donde se encuentra, sin embargo, no pasa de un acartonado intento por demostrar que hasta los más fuertes tienen sus debilidades.
Algo que molesta mucho dentro de los diálogos es el constante uso de la frase “es un Campos”, desde el principio queda claro la intención y poder adquisitivo de la familia, no era necesario repetir en incontables ocasiones la mencionada oración con tal de recalcar el orgullo que sienten por su apellido.
Si bien los temas románticos parecen imbatibles ante el paso del tiempo, muchas veces parecen más de lo mismo, como en este caso. De lo poco que se le puede agradecer, es que el final trate de cambiar ciertos aspectos, y no ceda ante un desenlace lógico y poco original.