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    El buen mentiroso
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    El buen mentiroso

    El encuentro de dos gigantes de la actuación

    por Iván Romero

    La mentira es un plato que se come frío o ¿era la venganza? En un thriller como El buen mentiroso, ambas van de la mano, porque el engaño en el ser humano pudiera ser patológica o intencional, pero cuando hay intereses de por medio hay una línea muy delgada de una acción a otra. Esto lo vive en carne propia Betty McLeish (Helen Mirren), una mujer retirada del trabajo y cuyos problemas económicos los tiene resueltos. Pero algo le falta: un compañero. Su nieto Stephen (Russel Tovey) está al pendiente de ella, pero no es suficiente hasta que conoce a Roy Courtnay (Ian McKellen), dejándolo entrar en su vida, su casa y por qué no, sus cuentas bancarias.

    Basada en la novela de Nicholas Searle, el director Bill Condon (La bella y la bestia) toma el volante de este thriller trayendo a McKellen y Mirren como lo que son: primeros actores capaces de encabezar sin problema grandes filmes de estudio. El cineasta ha estado detrás de varios tipos de filmes: musicales como Soñadoras o La bella y la bestia, las últimas dos partes de la saga de Crepúsculo, siendo Kinsey con Liam Neeson y Dioses y monstruos (en la que participó curiosamente Ian McKellen) sus filmes más alabados. Ahora con El buen mentiroso regresa con un discurso mucho más parecido a lo que había planteado al inicio de su carrera, hablando sobre relaciones humanas y tratando temas un poco más terrenales.

    A diferencia de la estructura de la novela, la cual está llena de giros inesperados, la adaptación de Jeffrey Hatcher no es tan sólida como debería ser. La presencia de Mirren y McKellen elevan el filme, ya que sin ellos gran parte de su duración nunca levantaría por adolecer de varios problemas empezando con el ritmo. Para ser un thriller psicológico en el que los dos protagonistas se enfrentan constantemente en diversos escenarios, es muy lento y el planteamiento está mal ejecutado, ya que el espectador adivina la gran vuelta de tuerca del final y no resulta sorpresivo. Eso sí, el desenlace llega a un nivel de teatralidad que, aunque quizá ya es muy tarde, es lo más entretenido de la película.

    Debido a este y varios fallos más hay que ser permisivo para dejar pasar muchas incongruencias si se quiere disfrutar. De pronto tiene reminiscencias a filmes de Alfred Hitchcock (Psicosis), pero sólo son chispazos que nunca explotan. El buen mentiroso es tal cual un proyecto que se vende por los nombres de los involucrados, pero siendo sensatos también hay que admitir que ni las buenas interpretaciones e intenciones dejan huella y nos sentiremos justo como los personajes en la trama… estafados.

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