En Aquarela, documental de coproducción británica, alemana, danesa y norteamericana, el cineasta ruso Viktor Kosakovskiy (Russia from My Window), construye una aventura casi épica para mostrar la fuerza omnipotente y la belleza transformadora de su personaje principal: el agua. Empleando una avanzada tecnología, pocas veces usada, filmando su experiencia a 96 fotogramas por segundo, Kosakovskiy maravilla la pantalla con imágenes sublimes y espectaculares que lo mismo sorprenden como sirven de recordatorio de que los humanos somos insignificantes ante la voluntad casi caprichosa del elemento más preciado, dador de la Tierra. Avanzando desde las aguas heladas del lago Baikal, en Rusia, la cámara sigue la trayectoria del agua, desde la devastadora fuerza de un huracán en Miami, hasta los paisajes espectaculares del Salto del Ángel, en Venezuela, el cineasta captura las diferentes personalidades y comportamientos del agua y su relación con la humanidad, con una claridad cinematográfica inolvidable.