Tercera vez que el actor Gael García Bernal y el director Pablo Larraín colaboran juntos, luego de No (2012) y Neruda (2016).
Representa el debut, en cine, de la actriz Mariana Di Girolamo.
Aunque la cinta tiene varios momentos musicales, Larraín explica que no es un musical y que muchos de los problemas que enfrentan los personajes son transmitidos a través de la danza. En sus palabras: “El baile es una forma de transmitir un mensaje: podría ser un mensaje político, un mensaje religioso o un tipo de vandalismo. En lugar de gritar, salen a bailar. Se expresan dejando un rastro en la ciudad. Es muy visual”.
Sobre regresar a su país natal, Chile, para filmar una nueva cinta, Pablo Larraín comenta: “En lo personal me siento que tengo suerte de hacer películas en diferentes idiomas, lugares y circunstancias. Cuando tienes la oportunidad de trabajar en una industria diferente del tamaño de Estados Unidos, es agradable volver a casa para hacer una cinta que podría ser más pequeña, pero nunca pierdes tu integridad, o la sensación de que no puedes proteger los elementos que importan realmente.”
Tercera colaboración entre el director, Pablo Larraín y el guionista Guillermo Calderón, luego de trabajar juntos en las cintas El club (2015) y Neruda (2016).