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    Érase una vez un genio
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Érase una vez un genio

    Entre historia e historia, la verdad se asoma

    por Luis Fernando Galván

    Con un introspectivo protagonista masculino (Tom Hardy) y una valerosa heroína femenina (Charlize Theron), la película Mad Max: Furia en el camino se mantiene como una huella imborrable en el caluroso desierto. Han transcurrido siete años, pero el recuerdo de ese goce estético, esa furia visual y ese cine de acción inteligente más allá del límite sigue retumbando en las páginas de la historia del cine contemporáneo.

    Pero es momento de frenar al salvaje automóvil, soltar el afilado volante y apagar los ruidosos motores porque George Miller cambia de rumbo, disminuye la velocidad y decide transitar hacia otro tipo de cine. El director australiano, responsable de títulos tan populares como Babe, el cerdito en la ciudad y Happy Feet: El pingüino, quiere que nos olvidemos por un momento de la atmósfera desesperanzadora y postapocalíptica de Mad Max con una película que bien podría ser su antítesis.

    Y es que si la saga postapocalíptica (inaugurada a finales de los setenta con la trilogía protagonizada por Mel Gibson), a partir de su larga persecución, negó la posibilidad de una trama compleja y optó por un relato sencillo, Érase una vez un genio (Three Thousand Years of Longing, 2022) es lo opuesto. Esta nueva película es un homenaje al arte de las narraciones; una que examina la construcción de los relatos; un relato que rescata el poder de la ficción; una ficción que recupera esa necesidad tan humana, desde el principio de los tiempos, de compartir nuestras historias.

    Y es ahí donde comienza este largo viaje visionario, a través de las arenas del tiempo. En el presente, conocemos a Alithea Binnie (interpretada por la magnífica Tilda Swinton), una especialista en literatura dedicada a la narratología e interesada en el estudio de los viejos mitos de la humanidad y su resonancia en la actualidad. Incluso, su nombre es un homenaje a la antigua diosa griega de la verdad, y esto se refleja en la ferviente búsqueda de la protagonista por comprender la realidad a través de la escritura, ya sea historia, filosofía o literatura.

    Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

    Durante una visita a Estambul, después de impartir una conferencia, la mujer se encuentra con un antiguo artefacto, una fascinante botella que captura su curiosidad. Una vez frotado, el objeto resulta ser la popular lámpara mágica que libera a un mítico genio, mejor conocido en las culturas de Medio Oriente como “djinn”, encarnado por un imponente y al mismo tiempo afable Idris Elba, dispuesto a cumplir tres deseos. Sin embargo, Alithea no parece tener deseos y, por el contrario, es muy consciente del riesgo destructivo que el deseo tiene sobre la vida de quien lo expresa. Para convencerla de pedir tres deseos y así liberarlo de su cautiverio, el djinn deberá utilizar la única moneda que tiene a su disposición: las historias. 

    Así que Alithea, al igual que al espectador, no le queda más que escuchar atentamente esos apasionados relatos como si se tratara de una versión contemporánea, tiernamente sensual y ligeramente extraña de la recopilación medieval de cuentos conocida como Las mil y una noches. Este genio, que para muchos la referencia inmediata es la criatura azul de Aladino (ya sea en la película animada de Disney o en la versión live action de Guy Ritchie), es abordado de manera tan íntima; básicamente es un espíritu frágil, condenado por la pasión que tenía por aquellos que lo evocaban.

    Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

    Al mismo tiempo que el genio recuerda sus vínculos con antiguos sultanes, príncipes y reinas, los protagonistas se mueven la mayor parte del tiempo a lo largo de una pequeña habitación de un hotel de lujo. Y esto es precisamente uno de los mayores atributos de la película, cuando vemos este duelo actoral entre Swinton y Elba, al mismo tiempo que sus personajes inician un lento juego de acercamiento y seducción. Es una pieza íntima que recuerda al teatro de cámara y que bien podría ser una sesión de psicoanálisis.

    La película, basada en el cuento El genio en el ojo del ruiseñor de Antonia Susan Byatt, parte de una realidad cotidiana sólo para tomarla como el pretexto de algo mucho más trascendental y para dar vida a una obra muy melancólica y reflexiva. Una larga historia de cuentos en la que el arte de la oratoria y las imágenes hechizantes caminan de la mano, a veces distrayendo, otras fascinando, pero siempre con un notable nivel técnico, destacando el uso frecuente de los grandes angulares por parte del cinefotógrafo John Seale (El paciente inglés y Cold Mountain), así como el montaje escénico y sonoro de muy alto calibre, con transiciones visuales muy depuradas.

    Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

    Miller nos pide paciencia; nos invita a sentarnos alrededor del fuego para escuchar con atención su gran historia. El resultado es una película verbosa, densa, abundante en palabras y diálogos, casi un ensayo dedicado al poder de la ficción y la importancia de los mitos. Y parece que para el director australiano, esa es la necesidad humana más antigua para otorgar sentido al mundo y orden a las cosas.

    En algunos momentos a Miller se le sale de las manos porque prefiere dar rienda suelta a un cine ensimismado, preocupado por relatar la mayor cantidad de anécdotas posibles. Y aunque la estructura episódica puede parecer repetitiva, sirve para sumergir al espectador en un universo lleno de matices, que pronto se convierte en notas románticas.

    Corazon Films

    Alithea carga con una profunda melancolía porque sabe que en la época actual ya no hay tiempo para los magos ni para los hechizos. Parece que los cuentos de hadas se han marchitado, pero se da tiempo para que sus furtivos deseos de volver a experimentar el amor vuelvan a florecer. Ella interpreta la lámpara como una eficaz metáfora de las relaciones amorosas. Se cuestiona si acaso los enamorados no son “genios” dispuestos a cumplir cualquier deseo del otro. ¿Qué somos en pareja sino esclavos de una dulce adicción? Cada uno de nosotros frota su lámpara, esperando ser o tener su propio djinn para amar o ser amado.

    Érase una vez un genio
    Érase una vez un genio
    Fecha de estreno 8 de septiembre de 2022 | 1h 49min
    Dirigida por George Miller
    Con Idris Elba, Tilda Swinton, Nicolas Mouawad
    Medios
    2,3
    Usuarios
    3,1
    Sensacinemx
    3,0
    Streaming

     

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