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    ¡Boo!
    Críticas
    2,0
    Pasable
    ¡Boo!

    La inevitable decadencia del terror

    por Iván Romero

    Una leyenda urbana, un paquete misterioso, una familia encerrada en una casa y demoniacas salidas de la memoria colectiva de los amantes de las películas de terror. ¿Dónde hemos visto esto? Sin duda por lo menos dos veces al mes en la cartelera nacional y ¡Boo!, del director Luke Jaden, entra en estas propuestas que deberían enviarse directamente a video o a plataformas de streaming.

    La premisa es justo la mencionada; ni más ni menos. Una familia recibe un misterioso regalo conformado por una bolsa y una carta que dice “Has sido el elegido”. Varios clichés después, los personajes se encuentran en un momento endeble y con varios problemas de comunicación. Este desafortunado evento los lleva a lidiar con figuras paranormales, por lo que supondrían que sería una broma de mal gusto, pero quizá sean las últimas horas de su vida.

    Lo que hace interesante a un producto como ¡Boo! es que llega justo en fechas de Halloween y trae como antecedente que sus productores son los mismos de La noche del demonio y Actividad paranormal (taquilleras y ejemplos emblemáticos de la última década del género de horror); de ahí en más, su elenco es prácticamente desconocido, sus actuaciones son bastante cuestionables, así como sus efectos especiales.

    La película es lo que llamaríamos un catálogo obligado que muchas productoras tienen que generar para tener un historial de producciones y en un tiro de suerte le pegan al gordo y obtienen un filme exitoso. De lo contrario la razón de llevar este texto tan pobre a la pantalla grande es inentendible.

    La cinta fue escrita, producida y dirigida por Luke Jayden, quien tiene en su filmografía varios cortos y pequeñas películas de corte B. Esto al parecer tampoco le ha generado suficiente experiencia para que el montaje de las alucinaciones que plantea sea afectivo, así como la tensión esperada en este tipo de filmes. La atmósfera que intenta aplicar es muy al estilo de los clásicos de terror de los 80, parecido a lo que funcionó en IT, pero sólo abundan al por mayor los jump scares, las puertas que se abren y cierran, y los personajes con actitud de preocupación sobreactuada.

    Al final ¡Boo! es un aburrimiento total que pretende explorar una profundidad del conflicto familiar para aspirar a ser más que un filme de horror, pero que a los cinco minutos se le olvida al director esta intención para dar paso a un desastre de hora y media.

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