Vivir en uno de los barrios más peligrosos y violentos de la Ciudad de México no es fácil. Familias, jóvenes, niños deben ser testigos, día tras día, de asesinatos, crímenes e impunidades de las autoridades, muchas de ellas coludidas con los criminales. Para muchos de ellos no hay muchas opciones, pueden permanecer en la pobreza, sobreviviendo o pueden integrarse a las filas de los cárteles que operan en la zona de Iztapalapa. Jair es un joven que creció en medio de esa violencia, pero que, con el apoyo de familia, amigos y su propia convicción de hacer lo correcto, se ha mantenido alejado de la vida de delitos que muchos de sus amigos han tomado y ha decidido tomar una cámara y ocuparse como fotógrafo documentalista. Ha pasado sus días retratando su barrio, a sus integrantes y costumbres, pero también, su nueva pasión sucedió en momentos en que la violencia emergía en la ciudad. En Disparos, la misma cámara que le abrió puertas y le dio otra vida lo ha convertido en un blanco para delincuentes, poniendo en riesgo su vida cada día para retratar su ciudad y sus vicios y males.