En la cinta se expone el deseo de Tania, la directora, de filmar una cinta con su abuelo, Valentín, en vida, para mostrar su vida y, especialmente, su conocimiento y sabiduría para trabajar la tierra. Cuando Valentín murió, Tania decidió filmar el proceso de duelo y, también, el desconocimiento que ella y su madre tenían hacia la actividad de su abuelo.
Es la ópera prima de la directora Tania Hernández Velasco.
La cinta recibió una ovación en el festival Fiesta de Cine de Roma, en octubre de 2018.