En el documental mexicano Titixe conocemos a su directora. Tania Hernández Velasco, quien ocho años atrás había acordado e imaginado con su abuelo, Valentín, filmar un documental donde él le enseñará las antiguas y profundas tradiciones para cultivar la tierra, en una parcela propiedad de la familia. Valentín le había confesado a Tania su tristeza por entender y reconocer que ninguno de sus hijos o nietos se hubieran dedicado al campo, por lo que Tania deseaba hacer una película sobre su trabajo y dedicación al mismo. Sin embargo, en el presente, Valentín falleció, sin poder hacer la película, pero, aún más alarmante, sin transmitir sus vastos conocimientos sobre la cosecha y su sabiduría para trabajar la tierra. Tania y su madre, entendiendo que se han perdido décadas de conocimiento, tratan de hacer funcionar una última cosecha tradicional, con el fin de convencer a la viuda de Valentín a no vender la parcela de tierra que les pertenece. Juntas descubrirán la vida de Valentín y de su mundo, el lenguaje con la tierra y la amenaza permanente de perder sus cultivos. Este es un mosaico de la última cosecha de una familia mexicana, en un país que, poco a poco, ha decidido abandonar sus orígenes rurales.