Crítica de SensaCine.com.mx para Loco por ella: En los pequeños detalles está muy bien tratada la salud mental

Dani de la Orden es uno de los directores españoles más prolíficos de la actualidad. Nacido en Barcelona y con 31 años ha labrado su camino con pocos trabajos, pero el resultado ha demostrado que sabe del oficio y, aunque ahorita parece experimentar con el género de la comedia, el cual no sólo en España sino también en México se encuentra satanizado, el cineasta sabe lo que hace y tiene un futuro más que prometedor. Ha estado detrás de producciones de Netflix como Élite y películas como El mejor verano de mi vida con Maggie Civantos y Hasta que la boda nos separe (versión española) con Belén Cuesta. Ahora llega con la producción también de Netflix: Loco por ella, una comedia romántica inusual, una feel good movie necesaria para tiempos oscuros como los que vivimos y un discurso sobre la salud mental que tanto se menciona en todos lados, pero que a la hora de hablarlo sigue siendo un tema difícil de encarar en la sociedad.

Loco por ella es importante porque no inventa el hilo negro, ni tampoco explora escenarios sobre las enfermedades de la mente que no hayamos visto antes, pero lo que cuenta lo hace bien y con respeto. Con toques de comedia y personajes de soporte pequeños, pero entrañables y con un rol femenino estelar que no da respuestas, aunque pone los puntos sobre la mesa bastante claros, la historia sigue a Adri (Álvaro Cervantes) en una noche de copas mientras accidentalmente conoce a Carla (Susana Abaitua), una encantadora chica de espíritu libre que hace que la vida de Adri no vuelva a ser igual. Cuando el chico busca a la chica esta última se encuentra recluida en un sanatorio mental, así que él decide voluntariamente internarse para encontrarse de nuevo con la joven.

Loco por ella sigue las reglas de la comedia romántica al pie de la letra. Hasta ahí, no es que uno se pueda encontrar con sorpresas en cuanto a la estructura, pero la película no tiene mayor pretensión de marcar un parteaguas, porque no lo hace, ni de elevarla a un clásico del género, porque tampoco resulta ser un producto superior a la mayoría. La fascinante química entre la pareja protagónica es el elemento vital para que la cinta sobreviva; Álvaro, quien por cierto merece mucho más foco de la industria para estelarizar proyectos, lo hace muy bien. No exagera en su intento por encontrar a esta persona que le dio una noche de ensueño y su personaje no da giros ridículos como huir o negar el amor que le puede profesar a Carla. Ahí, en esos pequeños detalles, es donde está muy bien cuidado el asunto de la salud mental.

Susana por su lado, no es una protagonista de rom-com sufrida. Su mayor dolor es la bipolaridad que padece y cómo los momentos de mayor lucidez los aprovecha al máximo. La llegada de Adri, evidentemente la confunde, pero nunca pierde el foco de lo que sucede con ella y la razón de su internamiento; nunca lo olvida y está consciente, por más que se pudiera enamorar de este tipo que parece salido de un cuento. Ella no necesita un príncipe que la salve y quizá lo del cuento sólo es la fachada de Adri, ya que es un ser humano con problemas y buenas intenciones. Hay humor suficiente como para no hacer de esto un drama más de lo que ya sufren los personajes que conocemos en el sanatorio. Algunos nos recordarán incluso a los de la película basada en la obra teatral: Tic Toc, pero nunca llegan a la parodia.

Netflix

Luis Zahera es uno de los actores que destaca e incluso el arco dramático de su personaje es el que más sustancia tiene y el más entrañable. Aparte, el talentoso intérprete da por igual tanto el drama como la comedia y es un gran soporte para los estelares. No me quiero adelantar, pero una nominación a los Goya 2022 como Mejor Actor de reparto se pudiera encontrar aquí. El último plano de Loco por ella los hará darse cuenta que no nos encontramos ante el típico romance, que sí, hay clichés, e predecibles y todo lo demás, pero el espectador se dejará conmover con una cinta de tremendo encanto.