Amy Seimetz financió la película con su salario de Cementerio maldito (2019).
A la directora se le ocurrió la idea del guion después de notar cómo reaccionaba la gente cuando ella compartía sus historias de ataques de ansiedad.
Iba a tener su estreno mundial en South by Southwest el 14 de marzo de 2020. Sin embargo, el festival fue cancelado debido a la pandemia de COVID-19.
Es el segundo largometraje que dirige Amy Seimetz desde Sun Don't Shine (2012).