Crítica de SensaCine.com.mx para Fractal: Tiene las mejores intenciones, pero nada más

Fractal es la ópera prima de la cineasta Mariana González, quien tiene en su filmografía varios cortometrajes. La historia es protagonizada por jóvenes, pero conocidos actores, como Ximena Romo, Tato Alexander, Hugo Catalán, Ruth Ramos, entre varios otros. La cinta formó parte de la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Guanajuato 2020 y este año seguramente la encontraremos en los cines comerciales en algún momento. Inicia de golpe con Fede (Mario Moreno), Tamara (Ramos) y Marco (Juan Carlos Huguenin), tres jóvenes de clase media alta que están despiertos después de una noche de fiesta. Fede irrumpe a los otros dos, ya que busca a Mónica (Romo), quien se encontraba horas antes festejando y que al parecer pudo haber sido secuestrada. Esto es sólo el inicio de una búsqueda constante y la fatal incertidumbre de que no la vuelvan a ver.

Es un hecho que en la propuesta de Mariana González hay algo que cimbra, especialmente por cómo se encuentra nuestro país y con la cantidad de desaparecidos que aumentan día a día y por mil y un razones. También es un hecho que el retrato de estos semiadultos irresponsables y su desentendimiento de las consecuencias que puede significar irte con algún desconocido una noche de fiesta es prácticamente exacto. La desesperación de los amigos en su búsqueda es bien manejada, con la tensión suficiente de lo que sucedería de encontrarnos en alguna situación así; asumiendo lo peor y poniendo sobre la mesa todas las posibilidades.

Ahí el guion de Mariana logra lo que pretende: los jóvenes no sólo se enfrentan ante quizá una inminente tragedia, sino que en el inter lidian con cuestiones de identidad. Pareciera que hasta ahí todo funciona y lo que no tiene que ver mucho con la percepción, como en todo filme, es decir, habrá quien encuentre en la anecdótica premisa de la cineasta y autora una especie de thriller mezclada con discurso social lo cual la hará valiosa. En lo personal, todos los puntos a favor que menciono no me alcanzaron a llenar y sentí que me faltó prácticamente todo.

No encontré en Fractal personajes carismáticos o con personalidad. Los actores en cuestión me han tocado verlos en otros trabajos y los considero bastante buenos y el carisma que menciono no tiene que ver con que el espectador tenga que empatizar con los jóvenes del relato, de hecho, debe suceder todo lo contrario, dado que es el tipo de jóvenes que se quiere retratar. Pero a pesar de ser jóvenes sin rumbo, buscando su identidad, me parece que lo que cuentan cada uno en su momento es irrelevante y así como ellos, lo único que me interesa saber es qué sucedió con Mónica. Esto es lo que me saca de Fractal. Debería de identificarme con algún personaje o de encontrar algo profundo en estos jóvenes que se encuentran en un limbo, pero no sucede. Es más, ni siquiera el nombre de los tres queda en la memoria al terminar el filme.

Afortunadamente Fractal es corta de duración y esto me hace pensar que, de haber sido un cortometraje hubiera funcionado mejor. Se le agradece que, a pesar de ser un filme independiente, su directora lo fotografió, editó y musicalizó bien. Esto habla de que Mariana tiene atención al detalle, por lo cual, de antemano, me hará interesarme en su siguiente trabajo. Más profundidad en sus personajes y haber explotado mucho más la premisa. De pronto la estupenda Oso polar de Marcelo Tobar me viene a la mente como el mejor ejemplo de aprovechar pocos recursos, pero con un guion mucho más sólido. Fractal tiene las mejores intenciones, pero nada más.