Kristen Bell y Jonathan Groff habían compartido créditos, anteriormente en las cintas animadas Frozen: Una aventura congelada (2013) y Frozen 2 (2019)
La historia está inspirada en la experiencia que Craig Thomas, uno de los directores, enfrento cuando tuvo a su primer bebé, Elliot, quien fue diagnosticado con el síndrome de Jacobson, que le impedía tener un desarrollo completo y le presentaba diversos problemas de salud. Durante las primeras semanas de nacimiento, Elliot tuvo que ser intervenido en varias ocasiones, incluyendo una cirugía a corazón abierto a las dos semanas de nacido. Sus padres no podían cargarlo o estar cerca de él, por lo que su madre creaba canciones de cuna que le cantaba con un cristal de separación. En la actualidad, aunque Elliot tiene algunos problemas de salud, es un niño feliz de 13 años, fanático a la música y talentoso en tocar la batería y el piano.