En 2019, el FBI sacaba a la luz una investigación, donde revelaba que, desde 2011, poco más de treinta padres de estudiantes de preparatoria conspiraron con otras personas para utilizar el soborno y otros métodos de fraude y arreglos ilegales para que sus hijos fueran admitidos en los mejores colegios y universidades. El caso fue descubierto casi de manera accidental, cuando las autoridades investigaban a un empresario de California, en otro caso no relacionado y ofreció información a cambio de indulgencia. La información proporcionada señaló a la cabeza de la organización, William Rick Singer, quien recibió, a lo largo de varios años, poco más de veinticinco millones de dólares, empleando parte del dinero para manipular los puntajes de los exámenes de ingreso y sobornar a diferentes funcionarios de las universidades. Singer empleaba dos fundaciones, declaradas sin fines de lucro, para esconder los fondos, en una operación que incluía a los hijos de poderosos empresarios y estrellas de Hollywood. En el documental Operación Varsity Blues: Fraude Universitario en EE.UU., el director Chris Smith explora el montaje fraudulento de Singer, empleando recreaciones con entrevistas y momentos reales de uno de los escándalos escolares más importantes en los últimos años.