En 1990, la entonces estudiante de drama, Selma Blair, atestiguaba cómo una producción escolar fracasaba notablemente. Por unos instantes, consideraba abandonar la carrera de drama, convencida de que la posibilidad de desarrollar una carrera en la actuación era casi nula. Sin embargo, encontró apoyo en uno de sus maestros, quien creía que la chica tenía algo especial. A pesar de ello y de tener un talento notable, a Selma le tomó poco más de 75 pruebas de audición para conseguir participar en un anuncio televisivo, mismo que al final le ayudó a formar parte del gremio de actores. Por años tuvo que conformarse con pequeños papeles de televisión y cine, hasta que logró, con mucho esfuerzo, un papel en la cinta que la lanzó a la fama: Juegos sexuales (1999). Pero para 2003, Blair supo que tenía una enfermedad incurable y con la que debía lidiar el resto de su vida. En el documental Introducing, Selma Blair, la cineasta Rachel Fleit se adentra en la vida actual de la actriz y su realidad actual, luego de ser diagnosticada con esclerosis múltiple.