Para muchos analistas y críticos, es difícil describir el género en que la carrera de la artista Dionne Warwick ha prevalecido. Hija de una promotora, manager y artista de la música góspel, Dionne creció cantando en coros de la iglesia de ese género, pero pocos la consideran como miembro del góspel. Si bien sus influencias recuerdan a artistas como Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan, tampoco es considerada como cantante de jazz. La base de su música es considerada como R&B pero no tiene las características de una cantante de soul. Por lo que, para muchos, Warwick es una sofisticada y multifacética cantante de pop. Desarrollándose en un ambiente musical, Dionne termino la escuela para unirse a grupos como cantante de apoyo, hasta asociarse con Burt Bacharach, con quien grabo canciones compuestas por el y enamoraron a un ejecutivo discográfico para firmar un contrato, para iniciar una carrera que la convertiría, eventualmente, en la primera mujer afroamericana en actuar para la reina Isabel II en Inglaterra. Con el documental Dionne Warwick: Don’t Make Me Over, los cineastas David Heilborner y Dave Wooley recorren y homenajean la carrera de una de las artistas más importantes e influyentes de la música afroamericana.