A mediados de 2018, cinco barcos petroleros encallaron en las costas del Golfo de México, mismos que presentaron una alerta hacia el área natural de la zona, debido a que sus residuos, como el diésel y el aceite, son amenazas para la biodiversidad de la región. Uno de esos barcos, de acuerdo a vecinos del área, está en ruinas, como si un tsunami lo hubiera atravesado, luego de que fue saqueada, primero, por sus tripulantes, a quienes no pagaron sus salarios y, después, por delincuentes y chatarreros. La empresa Oceanografía, responsable de las embarcaciones y se abandonó, todavía tiene que responder a los daños causados, pero ha encontrado recovecos legales para evadir su responsabilidad. Pero además de las áreas naturales, miles de trabajadores han perdido sus trabajos, sus pagos y sus derechos. En el documental La zozobra, el cineasta Pablo Cruz Villalba, sigue el recorrido de varios de los pescadores de la isla, quienes luchan para mantener los manglares de las corporaciones que quieren explotar la segunda reserva de petróleo más grande del mundo.