Gaspar Scheuer, el diseñador de sonido, propuso grabar las voces de los actores mientras cantaban durante las tomas en lugar de hacerlo en el estudio, como se había planeado originalmente. Tanto el director como el compositor estuvieron de acuerdo en que esta idea hizo que la música de la película sonara mucho más auténtica y vibrante.
La cinta se grabó en menos de 24 días.
Más de 1000 actrices enviaron sus materiales para interpretar el papel de Azul, y el equipo de casting seleccionó unicamente a 50 personas como finalistas, siendo Azul Mazzeo la primera en ser entrevista y la elegida para hacerse con el rol, el cual curiosamente su nombre coincidía con su personaje.