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    Dogman: Vida inquebrantable
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Dogman: Vida inquebrantable

    Luc Besson vuelve con una jauría rebosante de ego

    por Uriel Linares

    El imaginativo cine de Luc Besson ha marcado -para bien o para mal- la historia del cine con películas como El quinto elemento, El profesional o Lucy; mismas que siguen teniendo una gran base de fanáticos y con justas razones a pesar del pasado turbio de su director luego de ser denunciado por diversas mujeres de abuso sexual.

    Besson, un director inquieto, explorador de géneros, está de regreso con su nueva apuesta: Dogman, misma que sigue a Douglas, un sujeto resiliente ante las tragedias de la vida luego de ser abusado física y mentalmente por su familia, después de sobreponerse al castigo del destino y el menosprecio de sociedades falsamente modernas.

    Luc Besson Production

    Es así como Douglas encuentra en los perros a su fiel e inseparable compañía de vida. Cada lazo que crea con una criatura lo lleva a convertirse en su cuidador y líder. ¿Acaso estamos ante una historia que busca hacer llorar al público con dramáticos momentos donde un perro es lastimado o incluso, asesinado? Por suerte, no, pero esto no implica que estemos ante una película atractiva con un guion sobresaliente y un objetivo definido.

    ¿Has escuchado la frase: “de chile, mole y pozole”? El genio detrás de esto sin duda vio en el futuro Dogman, pues describe a la perfección la falta de límites que Luc Besson tuvo al momento de escribir, dirigir y producir esta película. No siempre porque una misma persona haga todo, tendremos un gran resultado; ni el mismísimo Clint Eastwood tiene una taza de éxito del 100 por ciento, mucho menos Besson.

    Luc Besson Production

    Por momento la historia pareciera ser un drama que busca levantar la voz y seguir exponiendo el maltrato infantil y el abuso a los animales, pero queda de lado rápidamente para adoptar la esencia narrativa de El silencio de los inocentes con un personaje, aparentemente villano, es capturado por la policía y debe lidiar con un interrogatorio intelectual por parte de una experta en psicología.

    Y justo cuando pareciera ser un refrito de la cinta noventera dirigida por Jonathan Demme, nos pasamos a una reconstrucción muy similar al Joker de Jack Nicholson y Tim Burton. Está bien, estamos ante una mente brillante del crímen… ¿o no? En realidad, este camino se mantiene ambivalente, pues Douglas navega en una embarcación entre el odio hacia las personas que se comportan como su padre, el amor a los animales, pero con tintes de capo con perros como soldados.

    Luc Besson Production

    El conjunto de géneros y tomas de decisiones realmente deficientes y cuestionables en cuanto a las capacidad de decenas de perros callejeros ante un amo que los alimenta una, quizá dos veces al día, termina por destruir todo argumento prometedor de la cinta. Esto pasa cuando un realizador no tiene límites y considera que todo puede y debe entrar en el corte final.

    A pesar de mi cara de sorpresa a lo largo de las casi dos hora de duración, debo demostrar mi completo reconocimiento Caleb Landry Jones, el gran protagonista de esta cinta, pues su entrega dramática es tan grande que, a pesar de los constantes tropiezos de la historia, reluce sus dotes actorales.

    Luc Besson Production

    Es gracias a Landry Jones que pude mantener mi mente atenta a Dogman, pues es capaz de presentar a un hombre sensible, golpeado por la vida, arrollado por la injusticia, quien tiene en sus perros una fuente inagotable de comprensión y amor a los desamparados como él.

    Por supuesto aquí no hay spoilers, pero debo advertirte sobre una escena musicalizada con "Non, je ne regrette rien" de Édith Piaf que merece ser vista con completa atención, pues Jones proyecta el dolor de su personaje de una forma digna de respeto y consideración. Sí, es un actor notable.

    Es así como Dogman es una película lejos del viejo estilo y talento de Luc Besson. Su enredada y desesperante historia toma caminos que te darán dolor de cabeza, pero amo a los perros, tengo varios en casa y mi sentido básico me hizo ver y sonreír con muchos de los caninos actores. Y como lo mencioné anteriormente, Caleb Landry Jones rescata la poca credibilidad detrás de este intento de historia atrevida y radicalmente provocadora.

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