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La saga que pone el ejemplo a otros asesinos seriales pese a sus clichés
por Nataly RodríguezSin duda, el slasher es uno de los favoritos de todos los amantes del terror. A lo largo de la historia, largometrajes como Chucky: El muñeco diabólico, Masacre en Texas, Halloween, Scream, Scream: Grita antes de morir, entre otros, han marcado el mundo del cine y convertido a sus terribles protagonistas en iconos de la cultura pop para muchas generaciones. Al grado de que hoy estamos hablando de uno de ellos.
Actualmente muchas de estas franquicias han intentado realizar un triunfal regreso al mundo cinematográfico para continuar su legado con la ayuda de las nuevas generaciones; fracasando en diversas ocasiones como la reciente película de Leatherface de Netflix, La Masacre de Texas, o encontrando la forma de adaptarse a las nuevas reglas como la más reciente trilogía de Michael Myers y Jamie Lee Curtis en Halloween: La noche final.
Es así como los directores Tyler Gillett y Matt Bettinelli-Olpin vuelven a apostar por su visión en la franquicia creada Wes Craven y presentan Scream 6, la secuela de la recuela que llegó a cines en 2022. Ofreciéndonos una película que mezcla el terror, humor negro, pero sobretodo que no tiene miedo de adaptarse a las situaciones actualidad y la cual podría ser la mejor de la saga desde 1997, con Scream 2.
Esta sexta entrega retoma la historia de las hermanas Sam y Tara Carpenter, quienes han dejado atrás el pequeño pueblo de Woodsboro para establecerse en la ciudad de Nueva York con la intención de dejar atrás los horrores provocados por los asesinatos de Ghostface. Junto a ellas se encuentran los otros dos sobrevivientes al ataque, los hermanos Chad y Mindy, quienes también buscan seguir adelante. Sin embargo, la esperanza es destruida cuando se encuentran con un nuevo Ghostface que está decidido a terminar lo que empezó.
Paramount Pictures
Una dosis de nostalgia que no sabe
Aunque es la primera vez en la historia de la franquicia que el terror deja atrás la comodidad de su ciudad y a su scream queen Sidney Prescott, Nueva York parece ser el escenario ideal para que el cuchillo afilado del asesino de la máscara de fantasma vuelva a hacer de las suyas; abriendo un universo de nuevas posibilidades para la saga y ofreciendo elementos que dan una frescura inesperadamente interesante al clásico de los noventa. ¿Lo mejor de todo? Todo esto se ve reflejado desde la escena de apertura hasta el final de esta entrega.
Si bien durante Scream V, pareció que Gillett y Bettinelli-Olpin decidieron tomar las mejores reglas que convirtieron a Scream: Grita antes de morir en el clásico que es hoy en día, solo para incursionar y honrar el legado de Ghostface. En está oportunidad todo se siente como una nueva aventura propia que, a pesar a retomar viejas reglas y guiños claros de una película del asesino enmascarado, transforma estos elementos en las herramientas perfectas para dar giros de tuerca dentro de la historia pero que a veces pueden sentirse predecibles.
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Quisiéramos decir que todo es tan bueno como suena pero, aunque en ocasiones la película logra establecerse muy lejos del bucle infinito del slasher, en otras utiliza esas nuevas reglas a conveniencia de la historia -ya un poco floja- y que al final se siente un poco tibio en el sentido de decidir el destino de ciertos personajes, restando bastantes puntos a la historia que ha puesto en el mapa el trabajo de Melissa Barrera, Jenna Ortega, Mason Gooding y Jasmin Savoy Brown.
Podemos decir que incluso tras la salida de Neve Campbell, el regreso de viejos personajes parece innecesario. La participación de las actrices Courteney Cox y Hayden Panettiere ya no tiene el peso que debería representar y solo termina representando una acción que busca recordarnos que seguimos estamos en una película de la franquicia de Scream. Pero eso sí, no podemos negar que sus personajes no dejan de entregarnos momentos épicos, como lo fue la escena del departamento de Gale Weathers.
Un elenco a la altura
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Otro punto fuerte a resaltar es la participación de la mexicana Melissa Barrera, quien vuelve para interpretar a Sam Carpenter, logrando con esta nueva participación pasar de la insoportable protagonista que solo ve los asesinatos pasar, a un personaje más digno de una scream queen, algo muy lejos de sus inicios en telenovelas mexicanas. Convirtiendo a Sam en una mujer mucho más heroica y con sed de venganza que seguro no decepcionará a las nuevas generaciones de fanáticos del género.
A la par, su co-protagonista Jenna Ortega se anota otra palomita en la lista de buenas actuaciones, que demuestran que su estancia en Hollywood no dependerá ni Netflix, ni Merlina. Ortega remonta el protagonismo durante esta sexta entrega, el cual había quedó un poco opaco con el guión de su anterior participación y demuestra porque se ha convertido en la favorita del público actual.
Por otro lado, Mason Gooding y Jasmin Savoy Brown igualmente dejan atrás sus papeles de personajes secundarios para ser personajes relevantes que puede sostener bien sus momentos en solitario pantalla. Si bien, no empañan en ningún momento a Ortega y Barrera, su participación se convierte en una gran aportación a la historia. Algo que agradecemos completamente porque estos actores parecen tener un gran futuro, sus participaciones en Booksmart y Yellowjackets ya lo ha demostrado.
Un sangriento Ghostface
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Por último pero no menos importante, más allá del cambio de escenarios y ciudad, es interesante que la nueva faceta de Ghostface va de la mano del propio rejuvenecimiento de la franquicia. Convirtiéndose en un asesino serial mucho más sangriento, más caótico, más irónico y el cual no solo se burla de sus víctimas vía telefónica, sino que disfruta verles sufrir de maneras que nunca se habían presentado.
Resaltamos mucho la escena inicial, la cual comienza con la fórmula clásica para usar la icónica pregunta sobre la película favorita de terror de la víctima y termina con el giro inesperado al exhibir quién está detrás de la máscara en los primeros minutos de la película. En cada escena, el personaje se va adaptando a la situación mostrando nuevas formas de tortura que nunca se habían visto de su parte, algo que aporta gran expectativa a las siguientes entregas de esta franquicia, ¿qué otros límites podrá cruzar el enmascarado?
Más allá de sus fallas narrativas o situaciones burlonas, solo queda decir que no dudamos que Scream 6 tiene todos los elementos para conquistar a las nuevas generaciones que nunca han tenido contacto con el clásico noventero, pero también abre la puerta a que el legado de Ghostface continúe por muchos años más.
