La formoseña Charo Bogarín y el chaqueño Diego Pérez emprendieron hace casi 20 años una profunda investigación sobre las músicas nativas de los pueblos originarios del noreste argentino. Con viajes continuos por la región, van conociendo, nutriéndose, aprendiendo y aprehendiendo de las diversas raíces cultuales de las comunidades nativas. Lo peculiar de su método es que ese conocimiento se da a través del intercambio musical que le proponen primero a cada jefe de la respectiva aldea y luego también a sus intérpretes principales que son los niños. Tomando ritmos y cantos ancestrales, los Tonolec le dan su aporte melódico y especialmente instrumental contemporáneo. Una fusión que le ha dado la personalidad a este dueto de manera singular, y siempre con elevado respeto a la procedencia original. El canto del tiempo es una exploración del legado del pueblo maya guaraní en la selva misionera, que se perpetúa a través del canto de los niños.