En octubre de 2016, Jack Kowalski llevó a su hija Maya, de 10 años, a la sala de emergencias de un hospital en busca de ayuda por un dolor extremo relacionado con su condición neurológica documentada, un síndrome de dolor regional complejo, SDRC por sus siglas. Apenas unos días después, Maya fue declarada bajo la tutela del estado después de que los médicos sospecharan que su madre, Beata, había abusado de la menor. Para la pareja, eso significo el comienzo de una pesadilla, ya que se vieron separados de su hija, que estaba retenida en el hospital contra su voluntad y con pocos recursos, no tuvieron más opción que cumplir. En los insoportables meses que siguieron, Jack y Beata se encontraron a merced de un sistema defectuoso de bienestar infantil y finalmente se vieron envueltos en una batalla legal de David y Goliat con consecuencias devastadoras. Con el documental Take Care of Maya, el director Henry Roosevelt explora el caso y expone las voces de los involucrados, examinando el trauma persistente que queda cuando las familias se separan