Fábrica de locuras

Fábrica de locuras ocurre en una ciudad rural, en el área de Pensilvania, donde la población depende, económica y laboralmente, de una fabrica de autos, la cual debido a los cambios del mercado, se ha visto forzada a cerrar sus puertas. El jefe de operaciones, Hunt Stevenson, decide recurrir a una última ventana de oportunidad, viajando a Tokio, Japón, para tratar de convencer a un grupo de empresarios japoneses de comprar la planta y reabrirla. Los empresarios acceden a la propuesta y son recibidos en la ciudad como héroes y salvadores. Sin embargo, a su llegada, el grupo administrativo del país oriental ha decidido implementar nuevas y estrictas políticas de producción, así como una reducción considerable de los sueldos de los empleados. A pesar de esto, el mayor problema será el choque de culturas entre ambos, con un grupo oriental que exige disciplina y rigor, ante un pueblo rural norteamericano que esta acostumbrado a un trabajo más relajado.