Berlín está atrapada por el terror: un abusador sigue matando a niñas pequeñas, mientras que la búsqueda frenética de la policía hasta ahora no ha dado pistas sobre su identidad. Los ciudadanos frenéticos y paranoicos informan sobre sus vecinos y la fuerza policial, presionada por el ministro, se esfuerza al máximo para intentar detener al asesino en serie realizando redadas a los conocidos negocios criminales, pero no encuentran a ninguno que pueda relacionarse con los asesinatos. El crimen organizado tiene grandes pérdidas debido a la intensa búsqueda y asedio de la policía y, para detener el desastre, deciden perseguir ellos mismos al asesino. Así, con el apoyo de la asociación de mendigos, esta comunidad sale en búsqueda del asesino para llevarlo ante un tribunal. M, el vampiro de Düsseldorf es una emocionante historia en la que la medidas más insospechadas son tomadas para atrapar a este peligroso asesino.
La crueldad de Fritz Lang hacia los actores era legendaria. Peter Lorre fue arrojado escaleras abajo al sótano una docena de veces durante la grabación. El actor no quiso volver a trabajar con Lang.
Cambio de título
Contrariamente a la creencia popular, Fritz Lang no cambió el título de "Los asesinos están entre nosotros" a "M" debido al temor a la persecución de los nazis. Cambió el título durante la filmación porque pensó que "M" era un título más interesante.
Odiaba el personaje
Aunque estaba encantado de interpretar un papel tan importante, Peter Lorre llegó a odiarlo más tarde, ya que la gente solía asociarlo con ser un asesino de niños en la vida real.
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