Una condesa de Hong Kong

Basada en una historia real vivida por el mismo cineasta Charlie Chaplin, esta historia sigue la vida de una mujer que se queda atrapada en un país extranjero sin su pasaporte. El nuevo embajador de Estados Unidos en Arabia Saudita, Ogden Mears (Marlon Brando) vuelve en barco a su país natal. En el viaje, se ve obligado a ayudar a una mujer rusa: la condesa Natasha (Sophia Loren), quien escapó de su hogar y ha subido a la embarcación como polizona; huyó debido a que su vida e integridad física corrían peligro: pudo ser capturada y vendida como prostituta si esperaba más tiempo, incluso tuvo que huir sin ningún papel legal ni su pasarpote. La mujer ha decidido esconderse en el armario del embajador y cuando él la encuentra no tiene más opción que intervenir y ayudarla. El plan es simple: Natasha debe contraer matrimonio con uno de los asistentes de Ogden, un joven llamado Hudson (Patrick Cargill), para obtener la nacionalidad estadounidense, sin embargo, poco a poco las cosas comienzan a complicarse y más de una confusión afectará las decisiones de cada uno de ellos. Esta puede ser la única oportunidad de Natasha o su perdición.