La muerte le sienta bien

En La muerte le sienta bien luego de que su prometido, el cirujano plástico Ernest Menville, cancele su compromiso para iniciar una relación amorosa con Madeline Ashton, la actriz Helen Sharp entra en una profunda depresión y decadencia. No sólo es el hecho de que su prometido la ha abandonado, sino que la dejo por su rival de profesión de toda la vida. Helen pierde su carrera, su hogar y es internada en un hospital psiquiátrico donde, a pesar de los intentos de su psicóloga, no ha podido olvidar la tragedia. Luego de una terapia donde le obligan a deshacerse de la imagen de Madeline, en sentido figurado, Helen decide que es tiempo de poner en marcha una terrible venganza. Mientras tanto, el matrimonio entre Ernest y Ashton ha sido un fracaso: él ha perdido su carrera y se desempeña como maquillador alcohólico en una morgue y ella es una obsesiva y dominante mujer, frustrada por el camino que ha tomado su carrera. Cuando el matrimonio recibe una invitación para celebrar una publicación de Helen, Madeline entra en una obsesión terrible al descubrir a su rival como una mujer independiente y exitosa. Desesperada por algo de su éxito, recurre a un elixir que la mantendrá siempre joven, aunque cargando una extraña maldición.