En el año 2010 ocurrió un caso bastante consternante en una escuela de Pensilvania, pues cuando acusaron al joven Blake Robbins de mal comportamiento, éste se dio cuenta que su propia institución había instalado un software de espionaje en las laptops que les proporcionó a los estudiantes. Más allá de las razones por las que a Blake se le había llamado la atención, se inició una investigación contra su escuela cuando Blake y la comunidad interpusieron una demanda contra ésta por haber violado su privacidad, ya que el programa de espionaje más allá de ser capaz de acceder a su actividad en la web, también podía tomarles fotos sin que se dieran cuenta y al ser todos menores de edad esto era una falta bastante grave. La serie documental explora los límites sobre el monitoreo digital y los derechos de privacidad.