En Long Island, durante varias décadas hubo un asesino suelto que la policía ignoraba que existía hasta que las familias de cuatro jovencitas decidieron denunciar sus desapariciones y luchar para que los sistemas de justicia y seguridad hicieran su trabajo. Gracias a esto y el hecho de que en 2010 y 2011 se encontraron una docena de cuerpos de mujeres en Gilgo Beach, Long Island, fue que la policía se dio cuenta que había un asesino suelto, pues la mayoría de las víctimqs eran trabajadoras sexuales de entre 20 y 30 años de edad. Al descubrir esto, la policía se da cuenta que sus muertes guardan diversas similitudes, por lo que por varios años investigan quién está detrás de ésta, a lo largo de los tres episodios se detalla la investigación que realizan, se muestran los testimonios y también los familiares de las víctimas narran cómo ha sido este proceso para ellos en la búsqueda de la justicia para sus familiares, pues el asesino serial no era un hombre aparentemente malvado, pero sin duda es uno de los peores criminales y asesinos que han existido en la historia.