Durante el partido decisivo para permanecer en primera división, un árbitro corrupto marca diferentes faltas que perjudican a los Cuervos. La situación termina con el equipo descendiendo a segunda división; Isabel lleva el caso a la Federación Mexicana de Fútbol pero es ignorada. Para mantener su lugar en la liguilla, decide comprar a Las Tarántulas y les cambia el nombre a “Los Cuervos Negros”; pero esta jugada le cuesta perder también su lugar en el estadio. Isabel comienza a enfrentarse con la realidad de ser presidenta de un equipo de fútbol de segunda división, la perdida del estadio y los patrocinios. Mientras tanto, Chava intenta sobrellevar su despido como presidente de los Cuervos, y termina en la exclusiva fiesta de Ricky Lamas, un millonario excéntrico, que lo alienta a seguir sus sueños y alejarse de Nuevo Toledo. Pero Hugo Sánchez logra dar con el paradero de su jefe, lo que provoca que cambié opinión, y decide regresar a Nuevo Toledo para arruinarle la vida a Isabel.
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