En el final de la segunda temporada, descubrimos que a medida que se acercan las elecciones, Samurái siente que el poder se está yendo de su control. Angelica trama un plan para ayudar a Daga. Aurelio hace todo lo posible por apoyar a Nadia. Lele debe tomar una fatídica decisión. Entre lealtades rotas y traiciones improbables, las calles de Ostia se sumergen en un río de sangre y fuego.