El grupo de adolescentes de Nueva York continúa sufriendo de situaciones incómodas durante su tercera temporada. Desde enfrentarse a las tarjetas cursis, clichés tontos y presión insoportable que involucra el Día de San Valentín hasta enfrentarse una controversia generada por un código de vestimenta sexista que es impuesto por la directiva del colegio después de un incidente con una compañera. Mientras tanto, Nick desarrolla una obsesión con su nuevo teléfono inteligente y debe lidiar con su nuevo compañero de casa. Maury presiona a Matthew para que apure las cosas con Aiden. Los alumnos se someten a una prueba estandarizada que les ponen los pelos de punta, menos a Jay, que comienza a consumir anfetaminas.