Durante la noche de Halloween de 2010, el estudiante universitario Luis Andrés Colmenares salió de fiesta junto a sus amigos a una discoteca en la ciudad de Bogotá. La noche da un giro inesperado cuando el joven desaparece sin dejar rastro. Testimonios de su novia afirmaban que éste había caído por accidente dentro un caño, lo que llevo a los bomberos a realizar una búsqueda exhaustiva por la zona que no tuvo éxito. Pocas horas después, el cuerpo sin vida de Luis aparece en la misma zona que ya había sido registrada. Aunque al principio se había declarado que la muerte había sido un suicidio; una segunda autopsia encontró siete golpes que no coincidían con la caída. Actualmente, la familia del joven sigue buscando justicia.