La vida de James y Astrid cambia por completo cuando se vuelven padres, pues a pesar de que tenían todo planeado para este momento, de igual modo resintieron ese cambio cuando sus hijos Felix y Viv nacieron. Aunque Felix y Viv ya tienen ocho y cuatro años respectivamente, esto no modifica el hecho de que Astrid y James aún se siguen sintiendo muchas veces inexpertos con su paternidad, pues todos los días tienen que afrontar un desafío impuesto por la curiosidad o travesuras de sus hijos, quienes muchas veces los sacan de quicio, pero a pesar de esto ellos los siguen amando incondicionalmente. Si bien, James y Astrid luego tienden a sentir como si no tuvieran tiempo para ellos, pues el ser papás luego los deja fatigados, deberán hallar el modo de balancear sus asuntos personales con su rol de padres. Puede que ellos muchas veces estén abrumados, pero no cambiarían por nada en el mundo el ser papás de estos pequeños que al final del día los recompensan con su amor, ingenio e incluso les enseñan más sobre este mundo que ya creían conocer.
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