Rubén Reyna junto con su madre Amy, se mudan a Nueva York para ayudar a su abuelo Ernesto a administrar la librería de su vecindario después de la muerte de su abuela. Con mucha dificultad, Rubén intenta adaptarse a sus nueva escuela además de entablar una relación más estrecha con Ernesto, a pesar de que su compañero de escuela Chevon Redmon, siempre está en el negocio. Cuando un fantasma ronda la librería y los personajes de las novelas comienzan aparecer en el mundo real, el joven tendrá que pedir ayuda a sus nuevos compañeros de colegio para resolver el misterio.