En 1983, Henry Lee Lucas fue arrestado por la policía de Texas después de cometer dos asesinatos. Al ser interrogado por los agentes, Lucas confesó ser el autor de más de 500 asesinatos a lo largo del país, los cuales estaba dispuesto a ayudar a resolver. En los siguientes años, los Texas Rangers trabajaron en estrecha relación con el asesino para intentar resolver las docenas de casos que, en su mayoría, no tenían ninguna ración el uno con el otro.