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Cuando Ricky, Julian y Bubbles viajan a Europa por lo que creen que son vacaciones pagadas, terminan enfrentándose a muchas situaciones desagradables. Al llegar a su destino, el guía del tour les explica que conducirán por Europa en un autobús turístico al nivel de una estrella de rock, pero no recibirán nada para comer, beber, fumar o gastar; la única forma de ganar dinero es cumpliendo tareas o misiones especiales asignadas por él.
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8 fotos
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Los chicos llegan a Londres muy emocionados, pero pronto descubren que para ganar dinero tienen que hacer misiones; por empezar, robar la ropa interior de la reina.
En Berlín, los chicos no tardan en hacer de las suyas: bailes "tradicionales", selfis tomando sol desnudos y correteos en el maratón de Berlín.
En Oslo, los chicos deben hacerle una terrible ofrenda a un emblema de la ciudad y, más tarde, acompañar a una celebridad local en una cita supercongelada.
En Estocolmo, la misión de los chicos es comer albóndigas suecas y arenques fermentados hasta reventar, pero sin vomitar, y atajarle un gol a una leyenda del hockey.
En su visita a Finlandia, los chicos conocen al verdadero Santa Claus, hacen karaoke en un taxi, pronostican el clima y prueban con las esculturas de hielo.
Los chicos recorren la capital de los Países Bajos con calzado típico y en una bicicleta de tres plazas, sin olvidarse de hacer una parada para tomar café.
Todavía en Ámsterdam, los chicos se cruzan con Stills y Nash y se ponen a cantar todos juntos. Más tarde, recorren el distrito rojo y visitan a una chica muy particular.