En la noche del 13 de noviembre, seis locaciones de la ciudad de Paris fueron atacadas por terroristas yihadistas, dejando un saldo de 130 muertos y más de 400 heridos. Tres explosiones tuvieron lugar en Saint Denis, en los alrededores del estadio de Francia, donde se disputaba un partido entre Francia y Alemania; mientras que varios hombres armados dispararon a quema ropa contra cualquiera que ponía en su camino dentro de la sala de espectáculos Bataclan, y varios restaurantes de la zona. Horas después, el país se declara en estado de emergencia y el estado Islámico declara ser el autor de tan atroces crímenes.