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La serie cuenta a través de diferentes técnicas de animación cómo es la hora de dormir de algunas de las especies más adorables y misteriosas del mundo animal. Con cada nuevo capítulo, aparece un nuevo animal animado por un creador diferente, dándole un toque único y especial que podrán disfrutar todos en familia. La aparición de un nuevo episodio, el público tiene la oportunidad de descubrir una especie diversa con una estética diferente y original. La hora de dormir, un momento esencial del día, suele ser difícil de dominar para los más pequeños. Pero gracias a esta obra animada con sketches conmovedores y divertidos, ir a la cama ya no será un suplicio! A través de un pequeño grupo de animales divertidos y cariñosos, toda la familia podrá reconocerse y tranquilizarse.
25 episodios
Unos cocodrilos nadan en busca de insectos acuáticos qué comer o unas pequeñas ranas cuando aparece la enorme silueta de una garza goliat que se posa cerca de la orilla del río... ¡Rápidamente, todos los bebés nadan en la misma dirección! La de la silueta aún más enorme de su madre, que los observa de reojo.
El bebé está colgado boca abajo, junto con los otros pequeños de su edad, del techo de la cueva, cuando la madre regresa de su caza con las primeras luces del día. Todavía tiene un ala de polilla pegada a la comisura de la boca, un testimonio de su última comida. Mamá se cuelga boca abajo y viene a inspeccionar a todos los bebés del grupo, chillándolos y oliéndolos.
Una cría de canguro pasta cerca de su madre, a la luz de la luna, para evitar el calor abrasador del día australiano. Se aleja muy poco, lo suficiente para ir a jugar al boxeo con su vecinita y hacer algunos saltos juntos.
El bebé elefante juega con frutas caídas en el suelo, bajo la atenta mirada de su madre y sus hermanos mayores. Su hermana mayor empieza a bostezar, seguida por toda la familia que se dirige hacia su dormitorio, en un claro. Con la punta de su trompa, la hermana mayor se hace una almohada con hojas y luego se acuesta a dormir.
Las montañas en verano son el patio de recreo de las marmotas. Después de haberse atiborrado de hermosas flores y de haber luchado para intentar robar una semilla, las cuatro marmotas regresan a la madriguera común al atardecer, guiándose con la ayuda de sus bigotes: las vibrisas.
El pollito es llevado cómodamente sobre los gruesos pies de su madre para no tocar el hielo helado del témpano de hielo. Luego se libera de la bolsa ventral para pedir comida, que saca directamente del fondo de la garganta de su madre antes de volver a acurrucarse debajo de la bolsa y en los acogedores pies de su madre para echar una pequeña siesta.
El sol de finales de verano cae sobre las piedras abiertas del castillo en ruinas donde se ha instalado nuestra hermosa serpiente de Esculapio. Se desliza entre las piedras calientes que le transmiten su energía y se precipita hacia su refugio nocturno, palpando su entorno con la punta de su lengua bífida, para encontrar su camino.
El día se desvanece y la noche llega lentamente, las últimas avispas obreras se apresuran hacia el abejaruco de papel maché, con un suministro de carne masticada en sus mandíbulas. Durante el último momento del día, alimentan a su cohorte de larvas hambrientas que protestan en voz alta arañando los bordes de su cubículo con sus garras.
Después de recorrer largas distancias durante la noche, la cerda y sus crías regresan al bosque al amanecer. Lejos de la vista, entre zarzas y arbustos, amontona helechos y ramas para formar su “caldero”. Un refugio bajo el cual su familia podrá descansar con seguridad y dormir fresco a la sombra del enmarañado follaje.
La noche termina al mismo tiempo que cesa la fina lluvia que deja un hermoso rocío sobre la vegetación estival.
El día apenas se desvanece en el arrecife de coral, pero el pez loro real ya deja de pastar en los corales de los que se alimenta y se prepara para su sueño nocturno. Sabe que la noche cae rápidamente en el trópico y su cama debe estar lista al atardecer.
La luz del día rompe sobre las rocas y a esta profundidad todavía se percibe el oleaje que agita las olas a 10 metros de altura. Nuestro pulpo regresa de su caza nocturna, caminando tranquilamente con sus ocho patas aspirantes, sobre el fondo arenoso, cuyo color combina a la perfección. Una pequeña grieta en la roca marca la entrada a su casa, pero la fuerte corriente nocturna...
La cría de perezoso (de tres dedos) está cómodamente acurrucada en el áspero pelaje verde del vientre en forma de hamaca de su madre, en la cima de la gran cecropia (árbol cañón) del que se alimenta. Con un movimiento lento, se lleva a la boca una hoja gigante que constituye su comida.
Vemos un río rodeado de vegetación bastante húmeda sobre suelo arcilloso. Final del día. Dos crías de nutria juegan juntas yendo y viniendo en el agua. La madre nutria nada cerca, observándolos. Mira el sol poniente que da paso a la oscuridad de la noche. Luego, la madre emite sonidos para llamar a sus bebés. Estos últimos se acercan a su madre...
Dos jóvenes cachalotes juegan cerca de la superficie del agua. Hacen “dibujos” con las puntas de sus aletas y exhiben sus grandes bocas mientras tragan enormes cantidades de agua. Vemos un banco de peces inmóviles durmiendo. La luz del día sobre el océano se está desvaneciendo. El cachalote más joven comienza a conciliar el sueño colocándose verticalmente. La fuerza de la corriente...
Un pequeño erizo (bebé) tiene la espalda plantada en el suelo y juega con sus patitas rosadas y sin pelo. Está rodeado de hierba alta. En medio de estas hierbas aparece el papá erizo que, usando su hocico, lo empuja. El pequeño comienza a dar vueltas alrededor del papá. La noche está cayendo. Los dos se abrazan. El padre protege a su pequeño rodeándolo con su cuerpo.
Un lince pardelle aparece entre el follaje de un bosque. Es de noche. Examina el terreno, huele el suelo y mira a su alrededor. Sumerge su hocico en medio del follaje y regresa con su pequeño, al que sujeta por la nuca en la boca. Los dos se abrazan. La madre limpia a su bebé lamiéndolo. Los dos se quedan dormidos.
Un lince pardelle aparece entre el follaje de un bosque. Es de noche. Examina el terreno, huele el suelo y mira a su alrededor. Sumerge su hocico en medio del follaje y regresa con su pequeño, al que sujeta por la nuca en la boca. Los dos se abrazan. La madre limpia a su bebé lamiéndolo. Los dos se quedan dormidos.
Una cigüeña negra sobrevuela el campo alentejano. Ella baja para agarrar algunas ramas del suelo. De nuevo en vuelo, se encuentra con una familia de tres cigüeñas negras en un nido posado sobre un relé telefónico. Finalmente llega a un bosque de alcornoques.
Un pequeño ornitorrinco caza un cangrejo de río al borde de un arroyo. La madre ornitorrinco sale de la madriguera y distrae al pequeño, que deja escapar a su presa. El cangrejo de río vuelve a sumergirse en el agua y el pequeño ornitorrinco lo persigue. Nada detrás del cangrejo de río, que se acerca sigilosamente y entra en un agujero dentro de la roca. El pequeño ornitorrinco, sin ver que el agujero es demasiado pequeño,...
Una madre avestruz está limpiando sus plumas cuando su bebé llega cerca de ella. El pequeño se acerca y comienza a quedarse dormido. Vemos el atardecer en el paisaje. El pequeño se queda dormido de pie. Su madre le sujeta el cuello con la cabeza porque el pequeño sigue cayendo hacia delante y despertándose. Una vez que el pequeño está dormido, la madre cierra los ojos.
Está casi oscuro en el bosque. Un ratón adulto corre rápido y lleva una bellota. Ella entra en su madriguera. Dentro hay varios pequeños que empiezan a correr a su alrededor. Ella deja caer la fruta. Todos los ratones se reúnen alrededor de la fruta para comerla. Después de la comida, se acurrucan juntos y se quedan dormidos.
Vemos varios flamencos rosados en un estanque. Algunos se afanan en quitarse el barro de las plumas y otros buscan comer entre las plantas del suelo pantanoso sumergiendo el pico en el agua. En tierra firme, algunas mamás flamencos protegen sus huevos. Cerca de cada uno de ellos, dos pequeños flamencos rosados, con las plumas aún blancas, buscan atraer a sus...
Fin del día, atardecer. Vemos muchas gaviotas volando alrededor de un faro cerca de las rocas. Uno tras otro, aterrizan y se alinean en la arena. La última gaviota sobrevuela la playa y se une al resto del grupo, donde hay varias crías. Les dice a las gaviotas que están a su lado que ahora pueden irse a dormir.
Una familia de seis macacos japoneses descansa en las humeantes aguas de los baños termales. Podemos suponer que el agua está muy caliente. Alrededor del agua todo está helado. Es de noche. El más pequeño mete la cara en el agua y luego sacude la cabeza. Tiene sueño y por eso se acurruca contra uno de los macacos mayores para quedarse dormido. Inmediatamente después, todos se apiñan para protegerse de...