Durante septiembre de 2000, Dolores Vázquez fue acusada de ser culpable del asesinato de Rocío Wanninkhof, la joven hija de su ex pareja. El caso de Vázquez desencadenó un caos en los medios de comunicación españoles e impactó a la opinión pública, ejerciciendo presión a las autoridades para resolver el caso a la brevedad. Dolores fue señalada por su orientación sexual, su comportamiento y su supuesta apatía en el caso, descrita como una persona insensible, ambiciosa y astuta. El asunto se vio empeorado por la actitud de la madre de Rocío, quien aparecía constantemente en los medios de comunicación declarando que su ex pareja era la culpable de la muerte de su hija. Dolores fue a la cárcel durante 518 días por un crimen del que no era culpable.