En un mundo donde el reino de las bestias y demonios ha adquirido todo el poder, los humanos forman un pacto con éste para así poder seguir sobreviviendo por lo que cada año ofrecen a una joven como tributo para ser comida por el rey de las bestias. Este año ha sido enviado el nonagésimo noveno tributo, quien resulta ser la joven Sariphi, una chica bastante peculiar que a pesar del destino fatal que le espera, ella no le teme por ningún motivo. Debido a que Sariphi fue criada desde pequeña para volverse en tributo, experimentó cosas horribles y sombrías y es por eso que no le teme a nada, más que a los ojos fríos y sin corazón. Cuando llega ante Leonhart, el rey bestia, antes de ser devorada ella le habla con bastante amabilidad y calma, incluso lo toca y esto toma por sorpresa al rey, ya que nadie había hecho esto antes. Sariphi resulta ser sumamente valiente, lo cual hace que despierte cierta curiosidad en Leonhart, pues se da cuenta que la joven es diferente a cualquier que hubiera conocido así que decide dejarla vivir en su palacio. Poco a poco el rey comienza a enamorarse de ella y decide nombrarla como su reina consorte, sólo que esta decisión no tiene nada contentos a sus súbditos, pues es imposible que una humana pueda poseer un rol tan importante en su reino. A pesar del descontento y la desaprobación, Leonhart no piensa retractarse, pues sabe que Sariphie es especial y no la abandonará fácilmente. Ambos lucharán por su amor y un mejor reino.