Roman Compte es un cubano que ahora se encuentra exiliado en Miami ya que se había enfrentado a Fidel Castro. Con una nueva vida por delante, Roman se convierte en el director general del Hotel Mutiny, uno de los más exclusivos del centro de Miami y gracias a su dirección se vuelve el más popular y el que más recibe huéspedes, pero esto se debe a que el hotel es el corazón donde se realiza el mayor tráfico de cocaína en toda la ciudad. Durante finales de los años 70 e inicios de la década de 1980, Compte poco a poco amasa su fortuna gracias a este negocio tan rentable, pues asisten todo tipo de celebridades, políticos, empresarios, narcotraficantes y agentes tanto del FBI como de la CIA. Toda persona con poder se encuentra en el restaurante, club nocturno o bar del Hotel Mutiny, así que él sólo debe encargarse de hacer todo lo más privado y seguro posible, así como hacerlos felices, por lo que el sitio de descanso que dirige es todo un lugar paradisíaco. Aunque Roman pareciera haber conquistado el sueño americano, pronto se da cuenta que a pesar de las enormes ganancias que el tráfico de cocaína le brinda, también debe estar preparado para los riesgos y peligros que éste conlleva.