Al sur de Gales en la década de 1970 comienzan a ocurrir una serie de asesinatos que involucran a jovencitas de la localidad, por lo que el poco experimentado policía Paul Bethell se dispone a llegar al fondo del asunto. Debido a que las primeras víctimas, Geraldine Hughes y Pauline Floyd fueron atacadas luego de haber asistido a un club nocturno en Swansea y sus cuerpos fueron encontrados semanas después de este hecho, el cual parece conectarse con otro homicidio, de una joven llamada Sandra Newton. Para Paul se ve bastante claro que el asesino ha sido el mismo en los tres casos, pero dada a las limitaciones de la época, la poca experiencia y herramientas, él en ese entonces no pudo dar con ningún responsable. Aunque luego de 30 años se abre una oportunidad para que el ahora detective Paul, quien ya posee media vida de experiencia, pueda brindar justicia a las víctimas y sus familias, pues con los avances respecto al ADN y otras tecnologías, es probable que se pueda ir más allá que en 1973, y aunque es bastante esperanzador el camino también tendrá sus dificultades.
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