El ochenta por ciento de los casos de abusos sexuales infantiles se produce dentro de la familia. Si ya es complicado denunciar a un profesor y a veces tienen que pasar años, debe resultar mucho más difícil explicar que quien ha abusado de ti es el padre o el abuelo. Las víctimas de abusos sexuales necesitan hablar porque saben que de este modo pueden ayudar a otros y también ayudarse a sí mismos. Son voces que solo piden una cosa: que les escuchemos. El mal invisible muestra que si tantos niños y niñas han sufrido abusos sexuales es porque los abusadores saben que les da vergüenza hablar acerca del tema, que es un tabú, saben que pueden contar con el silencio de aquellos que han sufrido esta clase de crimen en sus vidas.